Adaptarse a cambios en las versiones de sistemas operativos puede ser una tarea desafiante y complicada para muchos usuarios. Cada vez que se lanza una nueva versión de un sistema operativo, ya sea en computadoras, teléfonos inteligentes u otros dispositivos, es común que se introduzcan cambios más o menos significativos en la interfaz de usuario, sus características y/o funcionalidades.
Uno de los desafíos principales al adaptarse a los cambios en las versiones de sistemas operativos es la curva de aprendizaje, básicamente, el tiempo y esfuerzo requerido para conocer y aprender a utilizar el nuevo sistema.
Los usuarios estarán obligados a familiarizarse con la nueva apariencia, diseño y ubicación de las funciones y configuración de opciones del sistema.
Lo que en la versión anterior solía ser intuitivo y fácil de encontrar, en la nueva versión puede haber cambiado por completo, lo que implica más tiempo y esfuerzo para comprender y ajustarse a los nuevos flujos de trabajo.
Estas incomodidades del usuario frente a una nueva versión del sistema operativo y sus funcionalidades suceden sin distinción de si son de código privativo (propietario) o de código abierto (Opensource).
Los sistemas operativos propietarios más conocidos son los de Microsoft (Windows 7, Windows 8, Windows 10, Windows 11, etc.), los de Apple para computadoras como macOS (anteriormente conocido como OS X) y iOS para dispositivos móviles como el iPhone y el iPad.
Entre los sistemas operativos Opensource más populares se encuentran el sistema operativo Android y las distribuciones de Linux como puede ser Ubuntu, Lubuntu, Xubuntu, Debian, CentOS, Arch Linux, Fedora entre otros.
En cada lanzamiento de una nueva versión es común contar con nuevas características y que en algunas situaciones se hayan eliminado funcionalidades antiguas o modificarse los métodos para acceder a determinadas configuraciones.
Las novedades de cada nuevo lanzamiento de versión de un sistema operativo, puede generar confusión y frustración, ya que los usuarios deben encontrar nuevas formas de hacer las cosas de una manera orgánica, con las que estaban familiarizados.
Resulta bastante frecuente que los usuarios terminen volviendo a instalar a versiones anteriores, generalmente como forma de resistencia al cambio. Si bien algunos cambios no están buenos, generalmente es recomendable darle una oportunidad a las nuevas versiones porque generalmente cuentan con mejoras importantes, principalmente en materia de seguridad.
Personalmente, como usuaria de Ubuntu, suelo actualizar la versión del sistema operativo lo más seguido que sea posible, y con la instalación de la versión Ubuntu 22.4. por primera vez me enfrenté a un gran cambio, que ciertamente es un cambio menor, pero que implicó un obstáculo a mi dinámica de trabajo, algo tan simple y tan orgánico como es un atajo de Teclado, en particular, el Atajo de Captura de una región de Pantalla Personalizada que se copie en Portapapeles para poder Pegarla en un email, un Documento o simplemente en un Chat de WhatsApp.
Pero confirmando la premisa o el dicho de que “Quien quiere, Puede” o “Querer es Poder” logré encontrar la solución, mediante comandos a través de Terminal.
¿Cómo Capturar Área de Pantalla en Portapapeles en Ubuntu 22.4?