Elegir si vivir o no en un último piso puede ser una decisión importante al buscar una propiedad. Hay muchas ventajas y desventajas a considerar al tomar esta decisión, desde la privacidad y las vistas panorámicas hasta la exposición al clima y los posibles problemas de acceso.
En este sentido, es importante evaluar cuidadosamente las ventajas y desventajas y considerar factores como el presupuesto, las necesidades y preferencias personales y el tipo de edificio en el que se encuentra la propiedad.
Se dice que existen tantos “gustos” o “preferencias” como personas hay en el mundo, y esto es muy claro cuando se trata de vivir en el último piso de un edificio. Estas elecciones suelen estar generalmente condicionadas por las experiencias propias o familiares vividas.
A pesar de las vivencias personales, siempre deben evaluarse varios punto, incluso buscar otros puntos de vista, porque siempre podemos llevarnos “grandes sorpresas”
Algunas de las ventajas que puede tener vivir en un último piso son:
Privacidad: Al estar en el último piso, no habrá vecinos arriba de ti, lo que reduce el ruido (como tacones en la mañana y la noche o caídas de juguetes o muebles durante el día) y la posibilidad de que alguien te moleste.
Vistas panorámicas: Si la propiedad tiene vistas alrededor, el último piso te dará una vista panorámica de la ciudad o la zona donde te encuentres. En zonas o ciudades cordilleranas o de costa oceánicas podrían ser vistas impresionantes.
Mayor iluminación: Aún con orientaciones cardinales con menos exposición solar, si no hay construcciones más altas alrededor, el sol entrará por las ventanas del apartamento (o departamento) por más tiempo, lo que significa una mejor iluminación natural, y un menor monto en la cuenta o factura de energía eléctrica.
Menor ruido: Con excepciones, al estar más lejos de la calle y los transeúntes, el ruido del tráfico y de la ciudad será menor.
Por el contrario, pueden existir ciertas desventajas como pueden ser las siguientes:
Ascensor: Si el ascensor se descompone, se corta el suministro eléctrico y deja de funcionar, vivir en un último piso puede ser un gran problema. Subir y bajar por las escaleras puede ser agotador, especialmente si debes llevar bolsas de compras o cualquier cosa pesada. También para mujeres embarazadas, adultos mayores o con discapacidades motrices. En algunos casos, el edificio puede llegar a tener capacidad insuficiente en sus ascensores para la cantidad de habitantes del edificio.
Temperatura: En el último piso, el calor sube y es difícil mantener una temperatura cómoda en verano, lo que puede hacer que sea un poco incómodo, o aumentar el consumo eléctrico por necesidad extra de acondicionadores de aire.
Costo: El costo de un apartamento en el último piso, en ciertas circunstancias, suele ser más alto, por lo que puede ser un limitante en función del presupuesto disponible.
Mayor exposición a viento y lluvia: Si hay vientos fuertes o tormentas, el último piso puede ser más vulnerable a los efectos del clima. Existe el riesgo de que el techo o las ventanas sufran daños, lo que podría provocar filtraciones de agua o la entrada de viento y mayor cantidad de polvo. Además, los vientos fuertes también pueden hacer que sea más difícil mantener la temperatura adecuada en el interior en invierno, especialmente si hay corrientes de aire frío que entran por las ventanas o las puertas.
Problemas estructurales: En algunos edificios antiguos, el último piso puede tener problemas estructurales o problemas de filtraciones de agua que pueden hacer que sea menos atractivo, aunque y por lo tanto, “más económico».
¿Quiénes NO deben vivir en el último piso?
Personas con problemas de movilidad: Si alguien tiene problemas para subir escaleras o moverse con facilidad, vivir en un último piso puede ser difícil y no recomendable.
Personas con mascotas: Quienes tienen mascotas que necesitan salir al exterior con frecuencia, vivir en un último piso puede ser un inconveniente, especialmente si no hay fácil acceso al exterior, a modo de ejemplo, un perro suele sufrir cuando debe esperar la llegada del ascensor y el tiempo de viaje hasta la planta baja, que se abra la puerta de entrada del edificio y llegue a la vereda para hacer sus necesidades.
Personas que buscan un fácil y rápido acceso: Si alguien busca vivir en un lugar con fácil acceso, vivir en un último piso puede no ser la mejor opción, ya que puede requerir subir escaleras o esperar por el ascensor.
Personas con hijos pequeños: Vivir en un último piso puede ser peligroso para los niños pequeños, ya que pueden ser propensos a subir y bajar escaleras sin supervisión, además de los riesgos típicos de los balcones y los riesgos de caídas (aunque existen medidas de prevención muy seguras).
Miedos a la altura: Las personas con vértigo o acrofobia, es decir, miedo a las alturas, pueden tener dificultades para vivir en un último piso debido a la sensación de estar en un lugar elevado. Sin embargo, cada caso es diferente y algunas personas pueden superar su miedo a las alturas con la ayuda de un profesional de la salud mental o mediante técnicas de exposición gradual.
Si alguien con vértigo o acrofobia está considerando vivir en un último piso, es importante que se tome el tiempo para evaluar su nivel de incomodidad y discutirlo con un profesional de la salud mental. También puede ser útil visitar el edificio y subir al último piso para evaluar su nivel de confort y asegurarse de que puede manejar la altura.
¿Quiénes SÍ deben vivir en el último piso?
El último piso a menudo ofrece vistas panorámicas impresionantes de la ciudad o del paisaje circundante, por lo que si alguien valora y disfruta de las vistas del amanecer durante el desayuno o del atardecer durante las tardes, asegurarse vivir en un último piso con hermosa vista, deber ser un MUST (requisito excluyente) en la búsqueda de un nuevo hogar.
¿Qué vistas panorámicas se puede tener al vivir en un último piso?
En una ciudad: vistas de los rascacielos y la línea del horizonte, parques y monumentos, y el río cercano. Por ejemplo, desde el último piso de un edificio en Nueva York se pueden obtener vistas de los rascacielos y el río Hudson.
En una zona costera: vistas del océano y la playa, el puerto deportivo y la ciudad cercana. Por ejemplo, desde el último piso de un edificio en la ciudad de Miami se pueden obtener vistas del océano y la playa.
En una zona rural: vistas de las montañas, bosques, valles y lagos. Por ejemplo, desde el último piso de un edificio en Colorado se pueden obtener vistas de las montañas Rocosas.
En una zona turística: vistas de los lugares turísticos más populares de la zona. Por ejemplo, desde el último piso de un edificio en París se pueden obtener vistas de la Torre Eiffel y otros monumentos famosos.
En una zona de montaña: vistas de las montañas cercanas y cordones montañosos, los valles y los ríos. Por ejemplo, desde el último piso de un edificio en los Alpes suizos se pueden obtener vistas espectaculares de las montañas y los valles circundantes. De igual forma en ciudades de la provincia de Mendoza en Argentina, o en la ciudad de Santiago en Chile.
En una zona histórica: vistas de los monumentos y edificios históricos de la zona. Por ejemplo, desde el último piso de un edificio en Roma se pueden obtener vistas del Coliseo y otros monumentos famosos de la ciudad.
En zonas verdes: vistas de los parques y jardines de la zona. Por ejemplo, desde el último piso de un edificio en Central Park en Nueva York se pueden obtener vistas espectaculares del parque y la ciudad circundante. De igual forma en la Ciudad de Buenos Aires en edificios frente a los Bosques o Lagos de Palermo.
En una zona industrial: vistas de las fábricas y edificios industriales de la zona. Por ejemplo, desde el último piso de un edificio en el distrito industrial de Chicago se pueden obtener vistas de las fábricas y edificios industriales de la ciudad.
En una zona comercial: vistas de los centros comerciales y tiendas de la zona. Por ejemplo, desde el último piso de un edificio en la calle comercial más famosa de Tokio, la calle Omotesando, se pueden obtener vistas de los edificios comerciales y tiendas de la ciudad.
Las vistas panorámicas que se pueden obtener desde un último piso en Asia y África pueden ser igualmente impresionantes y variadas que en otras regiones del mundo, dependiendo de la ubicación exacta del edificio y de la ciudad en la que se encuentre.
Desde el último piso de un edificio en Tokio, Japón, se pueden obtener vistas impresionantes de la ciudad iluminada por la noche, incluyendo el icónico Tokyo Tower y el Monte Fuji en la distancia.
En Hong Kong, desde un último piso se pueden tener vistas espectaculares del puerto de Victoria y de los rascacielos de la ciudad que se elevan sobre él.
En Seúl, Corea del Sur, desde el último piso se puede ver la ciudad que se extiende en todas direcciones, incluyendo el famoso río Han y los picos de las montañas circundantes.
Desde el último piso de un edificio en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, se pueden obtener vistas impresionantes de los rascacielos y las islas artificiales que forman parte de la ciudad, así como del desierto que se extiende más allá.
En Johannesburgo, Sudáfrica, desde un último piso se puede ver la ciudad que se extiende sobre las colinas circundantes, incluyendo los edificios icónicos como el Ponte City y la Torre Carlton.